El Mundo, 21/06/2010
Malalai Joya, premio a la Mejor Labor Humanitaria, es una política afagana que lucha por la libertad y contra la opresión.
Mañana se entregan los premios Premios Internacionales YO DONA. En esta quinta edición, nuestro jurado tenía ante sí la difícil tarea de decantarse por sólo dos de entre las 10 candidatas, todas ellas excepcionales. Y, finalmente, decidió reconocer la labor de la arquitecta de origen italiano Benedetta Tagliabue y de la diputada afgana Malalai Joya. Dos mujeres valientes que, tras superar obstáculos y dificultades, has seguido desempeñando, cada una en su ámbito, una labor de premio.
Benedetta Tagliabue, premio a la Mejor Labor Profesional, es una arquitecta italiana afincada en Barcelona. Se ha convertido por méritos propios en una de las arquitectas más aclamadas de España, por su capacidad para integrar conceptos y hacer obras sin límites.
Llegó a la Ciudad Condal con su maestro y marido, Eric Miralles, y con sólo 36 años se quedó viuda, con dos niños pequeños y obras ingentes sin terminar. En vez de hundirse, sacó fuerzas y se puso al frente del estudio. Acabó todo lo que su marido dejó sin terminar, como el Parlamento de Escocia, el Mercado de Santa Caterina de Barcelona, o el Edificio de Gas Natural. Y no sólo eso, ha afrontado nuevos proyectos en solitario como el Pabellón de España en la Expo de Shangai por el que ha recibido el Premio Internacional de Arquitectura del Real Instituto de Arquitectos Británicos.
Malalai Joya, premio a la Mejor Labor Humanitaria, es una política afagana que lucha por la libertad y contra la opresión. Con apenas 32 años, parece haber vivido varias vidas, las veces que ha sido tiroteada y ha sobrevivido.
Refugiada de niña junto a su familia en Irán y Pakistán decidió regresar a Afganistán cuando aún gobernaban los talibanes. Trabajó en redes secretas de educación, enseñando a leer a niñas cuando estaba prohibido, y en la asistencia social y médica, que también era secreta. Fundó un hospital allí, un orfanato, y un centro para mujeres con problemas. Una vez instaurada la democracia, fue la primera diputada elegida en el país, con sólo 27 años. Su inconformismo con un Gobierno títere y la terrible situación de la mujer, hizo que la expulsaran del Parlamento. Desde entonces prosigue su actividad en la clandestinidad, se ha casado y sueña con compartir su futuro con los suyos.