DAVID YAGÜE, 20minutos.es, 23.06.2010
“Afganistán es un estado corrupto y títere de EE UU, es una gran mafia”.
La ex diputada afgana, Malalai Joya, durante su visita a Madrid. (Imagen: JORGE PARÍS)
* Esta ex diputada afgana es la gran defensora de las mujeres en su país.
* Fue la parlamentaria más joven de la historia, pero fue expulsada.
* “En Afganistán, matar a una mujer es como matar un pájaro”, asegura.
El mismo año en que nació Malalai Joya (1978), los soviéticos invadieron su país, Afganistán. Tras vivir en campos de refugiados en el extranjero y sorteando el peligro de los talibán y los señores de la guerra, esta mujer de 32 años se convirtió en la parlamentaria más joven de su país y en la adalid de la lucha por los derechos de las mujeres y por el cambio político en su país -la revista Time la incluyó en su listado de las 100 personas más influyentes en el 2010-.
Hay grandes mentirosos en EE UU y la OTAN, incluyendo al Gobierno españolJoya promociona en Madrid su historia Una mujer contra los señores de la guerra (publicada por Kailas). Viste un traje de chaqueta muy sencillo, con dos chapas en la solapa (una contra la OTAN y otra pidiendo la retirada de EE UU de su país) y desprende una tímida dulzura y una sonrisa luminosa. En cuanto comienza la entrevista el cambio es evidente: seria, apasionada y consciente de que los mensajes que quiere transmitir han de quedar claros sobre cualquier otra información y que debe insistir e incidir sobre ellos en cuanto sea posible.
“Hay grandes mentirosos en EE UU -su discurso es tremendamente crítico con Barack Obama- y la OTAN, incluyendo al Gobierno español: han traicionado a la gente y no sólo a los afganos; han traicionado la democracia”, afirma contundente.”Todos ellos apoyan a estos cánceres, a estas mentalidades medievales que están en el gobierno”, clama beligerante. “Lo único que hacen es malgastar el dinero de sus contribuyentes y la sangre de sus soldados”. Por ello, quiere mandar un mensaje de condolencia a las familias estadounidenses, británicas, españolas y de cualquier país que hayan perdido familiares luchando allí y pedirles que “cambien sus lágrimas por la resistencia, que levanten la voz contra sus gobiernos para que cambien esta situación”. “Ningún país puede donar democracia a otro”, asegura.
En 2005, con veintiseis años, salió elegida como diputada para el Parlamento afgano. No lo tenía fácil para hacerse escuchar: era mujer y la más joven en ostentar ese cargo en aquel país. Al ver que el nuevo gobierno de Hamid Karzai tenía entre sus altos cargos a antiguos aliados de los soviéticos, señores de la guerra, traficantes de opio e incluso a miembros del Gobierno talibán, denunció en público que no se podía aceptar que aquellos que durante treinta años habían convertido su país en una carnicería continuarán en los puestos de poder.
Los señores de la guerra son fotocopias de los talibán, ¿por qué no están en Guantánamo?En una entrevista de televisión, Joya comparó con un “establo” a ese Parlamento, al que considera sin dudar como “corrupto y títere”. Las declaraciones levantaron airadas protestas y se le exigió disculpas. “Comparar a este grupo de diputados, que son unos criminales, con un establo tal vez no sea adecuado, dado que ahí hay animales como la vaca, que es útil porque nos proporciona leche”. Ésa fue su respuesta y acabó siendo expulsada “ilegalmente” del Parlamento.
Asegura que esos señores de la guerra, cuya mentalidad referente a las mujeres es igual que la de los talibán, “son fotocopias”: han cambiado “la barba y el turbante por el traje y la corbata, pero son iguales, ¿por qué están en el Gobierno en vez de en Guantánamo?” La respuesta es por su apoyo a EE UU durante la invasión.
“La situación actual es igual de catástrofica que con los talibán”, explica esta activista. “Las únicas diferencias es que antes teníamos sólo un enemigo, interno, y ahora tenemos dos, uno interno y otro externo, porque la muerte también nos viene del cielo, de las bombas de EE UU y sus aliados -y recuerda la muerte de 142 civiles por un bombardeo erróneo de las tropas alemanas-“. Si se marchan los EE UU, “los afganos sólo tendrían un enemigo y podríamos luchar, los poderosos nos han engañado demasiadas veces y no volvería a pasar”. A día de hoy, “Afganistán es un estado corrupto y títere de EE UU, es una gran mafia”.
Durante treinta años, se ha oprimido a las mujeres en nombre del comunismo, del islamismo y de la democraciaNi siquiera para las mujeres la situación en Afganistán ha mejorado, como muchas veces se ha asegurado. “Allí matar a una mujer es como matar a un pájaro”, asegura esta mujer que volvió a su país con veintipocos años para dar clases clandestinas a niñas en pleno régimen talibán, donde estaba prohibido la educación femenina. “EE UU ha abierto escuelas para niñas en las grandes ciudades, pero las mujeres siguen llevando burka, son oprimidas, se las quema con ácido, se las fuerza a casarse, son violadas y asesinadas”. “Durante treinta años, en Afganistán se ha oprimido a las mujeres en nombre del comunismo, del islamismo y ahora de la democracia”, sentencia.
En otras ocasiones, Joya llegó a asegurar que “con los talibanes llevaba burka para sentirme segura; ahora llevo burka -que considera denigrante y más incómodo de lo que parece- y varios guardaespaldas”. Desde que ha iniciado su cruzada contra los señores de la guerra ha sufrido varios intentos de atentado y en su boda, sus guardaespaldas tuvieron que revisar las flores en busca de explosivos.
Malalai Joya asegura que seguirá luchando. En la entrevista y en su biografía ha demostrado una fe inquebrantable, casi mesiánica, en su lucha (llega a asumir el riesgo de morir y convertirse en una mártir).”Me dan igual las amenazas, los insultos, si todo esto sirve para ayudar a mi pueblo”, asegura, “mi fuerza son los muchos apoyos que recibo dentro y fuera de Afganistán”.