La Marea , 15 de marzo 2014
Malalai Joya, en el IV Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo en Segovia. ROSA BLANCO
SEGOVIA// “Estados Unidos invadió Afganistán, según dijeron, para instaurar una democracia y hacer respetar los derechos de las mujeres. La realidad es que lo único que han hecho durante estos doce años es sustituir la barbarie talibana por el terror de los de los señores de la guerra que gobiernan, paradójicamente, junto con los talibanes que el mismo gobierno estadounidense ha permitido que se introduzcan en el poder”, denuncia la activista afgana Malalai Joya, quien este viernes inauguraba el IV Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, con la colaboración de Casa África, Máster en Comunicación con fines sociales de la Universidad de Valladolid (Campus María Zambrano), Fundación Orange, Ontex y Turismo de Segovia.
Joya cuenta que “Estados Unidos ha construido varios colegios en algunas de las grandes ciudades de Afganistán para justificar su ocupación”, lo que ha facilitado el acceso de algunas mujeres a una educación superior e, incluso, a algunos puestos de responsabilidad dentro del país. “Pero incluso en estas grandes ciudades, donde hay una notable presencia de las tropas estadounidenses, sigue habiendo una preocupante inseguridad”, prosigue la activista. Según relata, en las zonas rurales el día a día de las mujeres “es un infierno” en el que “parece que se ha instalado una especie de ley de la selva”. Malalai Joya explica cómo en estas áreas “se las sigue asesinando indiscriminadamente, les sacan los ojos o les arrancas las orejas, a algunas mujeres las cortan en trozos y las violaciones de chicas de 6, 10, 12 o 18 años también son muy frecuentes. Son algunos ejemplos de la brutalidad en que se vive en Afganistán, un lugar del que la ONU dice que es el peor país del mundo para ser mujer”.
La excusa con la que las tropas estadounidenses invadieron este país asiático fue la promesa de que los liberarían del régimen del terror al que los talibanes estaban sometiendo a los afganos, además de la instauración de una verdadera democracia. Sin embargo, la realidad, según cuenta Joya, es que “la injerencia de Estados Unidos es lo que ha llevado a Afganistán a la ruina, ha provocado que nuestro país haya pasado de una situación de violencia a un infierno. Han duplicado los males que ya teníamos”. Malalai Joya explica que lo único que quieren los afganos es que les permitan que sean ellos quienes construyan su país. “Creemos firmemente en la autodeterminación –asevera- Queremos que nos dejen solos, que se vayan, no queremos su ayuda. En mi país se suele decir que la ocupación estadounidense solo ha traído la muerte y que si la democracia significa eso, entonces no la queremos. Rechazamos este modelo de democracia que están tratando de imponernos. No queremos su democracia importada” afirma rotunda.
Para tratar de ilustrar el infierno en el que Malalai Joya afirma que se ha convertido Afganistán, aporta algunos de los datos que la ONU ha publicado en varios de sus informes. “En estos 12 años de ocupación estadounidense Afganistán se ha transformado en uno de los centros de la droga mundial. Más del 70% del opio mundial se produce allí”, explica. “Según el ultimo Índice de Desarrollo Humano de la ONU, estamos en la posición 164; es decir, somos uno de los países menos desarrollados del planeta. Nuestro sistema educativo está dentro de los seis peores del mundo, a pesar de que EEUU diga que hemos mejorado muchísimo y que ahora las mujeres van al colegio. Además, ahora que el gobierno afgano ha elaborado sus propios informes, hemos sabido que se han cerrado cientos de centros educativos por falta de seguridad. Estas son las consecuencias de la ocupación estadounidense. Y son solo algunos datos que demuestran cómo Estados Unidos está mintiendo descaradamente sobre cómo su presencia ha mejorado Afganistán”, denuncia airada.
Afganistán como centro de operaciones de EEUU
Los atentados del 11S fueron la excusa que utilizó la Casa Blanca para poder invadir Afganistán, aunque para Malalai Joya hay toda una serie de motivos que no cuentan pero que se sitúan en la base de las motivaciones estadounidenses para tratar de controlar este país “Quieren convertir Afganistán en su centro de operaciones en Asia. Si lo controlan, pueden acceder con mayor facilidad a países como China, Irán o India. Además, desde allí se tiene también un fácil acceso a los centros de gas y de petróleo en las repúblicas del centro asiático –prosigue-. Están ganando millones y millones de dólares con la producción de opio y también nos están robando los recursos naturales que tenemos como el uranio o el cobre. De hecho, tenemos la segunda mayor reserva de cobre del mundo”.
Estos son los motivos por los que cree que Estados Unidos nunca va a permitir que Afganistán sea un país realmente libre. “Noam Chomsky ha denunciado que la embajada de Estados Unidos en Bagdad es una gran ciudad dentro de una ciudad y que tienen instaladas incontables bases militares secretas allí. Nueve de ellas van a pasar a ser legales en nombre de los llamados acuerdos de seguridad que en realidad va a suponer un régimen de esclavitud para los afganos. Ahora va a haber elecciones en Afganistán y el nuevo presidente del régimen de marionetas al servicio de la Casa Blanca va a firmar esos acuerdos aunque el pueblo esté en contra de ellos”, relata.
Tampoco parece muy convencida de que, a pesar de que EEUU ya ha anunciado que se marchar del país antes de que acabe 2014, esto vaya a suceder. “Se trata simplemente de una cortina de humo. Puede que algunos cientos de soldados abandonen Afganistán, pero las bases militares las vana mantener. Este hecho, junto con el gobierno al servicio de la Casa Blanca que han colocado en el poder, va a hacer que Estados Unidos controle el país directa e indirectamente”, cuenta.
Una de las razones por las que han justificado los doce años de ocupación en Afganistán es que si se marchan antes de cumplir con su misión, el país entrará en una guerra civil. “Llevamos doce años ya viviendo en una guerra civil porque lo único que han hecho los diferentes gobiernos estadounidenses ha sido tratar de imponer una democracia a costa de que los afganos luchemos entre nosotros. Esa supuesta guerra civil de la que hablan no va a ser ni más peligrosa ni más cruel de la que estamos viviendo actualmente”. Dado que el gobierno afgano está “compuesto por los señores de la guerra, narcotraficantes y algunos de los talibanes más sanguinarios de la etapa anterior” a la llegada de Estados Unidos, Joya asevera que, cuando se marchen, “la situación va a ser desastrosa, especialmente para las mujeres; pero no porque ellos abandonen Afganistán sino porque han traído a los talibanes y los han instalado en el poder”.
Joya cuenta que la Casa Blanca ha pedido perdón por los asesinatos, torturas o violaciones que se han producido en Afganistán durante estos doce años; un gesto que ha sido oficialmente agradecido por el gobierno afgano. Sin embargo, asegura que “nosotros no queremos ni que nos pidan perdón ni, menos aún, darles las gracias por ello. Queremos justicia y que se acabe la ocupación. En mi opinión, y creo que hablo en nombre de mi país, la paz y la justicia es lo mínimo que nos merecemos. Lo que queremos es que juzgue a aquellos que cometieron esos horrendos crímenes contra las mujeres en el pasado, al igual que queremos que se juzgue a los que han estado en el poder durante estos últimos doce años, incluidas las tropas que han ocupado nuestro país y lo han convertido en un lugar desastroso”, añade.
La activista cuenta que países como Rusia o, en algún momento, España, se han declarado en contra de la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos. “También lo han hecho los partidos más progresistas de nuestro país, pero en lo que insisten es que la forma de empoderar a mi pueblo es mediante la educación. Y es algo de lo que yo también estoy convencida. De hecho, creo que la educación es la clave. Pero para poder conseguirla, necesitamos un respaldo práctico por parte de los países que se han posicionado en contra de la ocupación estadounidense. No apoyo moral, sino material”, señala.
Además de este apoyo económico o logístico, Joya está convencida de que “la única forma de poder conseguir una democracia realmente independiente y libre es que la impulsen las asociaciones civiles y los activistas que luchan por los derechos humanos y los derechos de las mujeres en Afganistán, que son muchísimos, aunque están trabajando casi a escondidas. Ellos son los que realmente pueden instaurar la democracia y la justicia en nuestro país. Ninguna nación puede liberar a otra, al revés. Creo firmemente en que la única forma de transformar Afganistán en un país democrático es que lo impulsemos nosotros”, reivindica.
Antes de despedirse, la activista afgana hace una petición. “No tenemos tiempo para relatar en profundidad en esta entrevista el horror que estamos viviendo los afganos. Por eso le quiero pedir a la gente que esté leyendo esto que visite mi página web o que lea mi libro (Una mujer contra los señores de la guerra, Editorial Kaila, 2010) Han intentado asesinarme varias veces por denunciar la corrupción y las continuas violaciones de derechos contra la población afgana y contra las mujeres. Y no me importa, es un riesgo que quiero correr si sirve para que la gente se dé cuenta de lo que ocurre en mi país. Y creo que si leen lo que he escrito van a poder comprobar lo que ocurre realmente en Afganistán y se van a dar cuenta de las mentiras que ha estado contando Estados Unidos al respecto”, concluye.